¡A vuestra salud!

Pues hasta aquí todo lo que ha dado de sí el 2005. Antes de embarcarme en la travesía de peaje que me llevará a Vigo para pasar la noche, sólo quería desearos a todos que lo paséis lo mejor posible, que valoréis si la resaca compensa y que, en cualquier caso, que esta noche más que nunca viajéis en taxi. Adiós a 2005 y a su rima complicada y bienvenido sea el 2006, en el que me tocará colocar 35 velas en la tarta cuando llegue el 4 de julio. ¡Toda una edad! Os dedico un deseo que siempre expresa un amigo mío por estas fechas, un poco burdo pero sentido: "Salud, pesetas e forza nas tetas!". FELIZ AÑO NUEVO A TODOS.