07 febrero 2005

Mañana será tarde

Creo que si uno no tiene en la vida más horizonte que el trabajo, no tiene horizonte. Antes de que podamos darnos cuenta estaremos en la nómina vitalicia de la Seguridad Social, con todo el tiempo del mundo para recordar lo que fue o lo que no. Yo lo tengo claro. Me conformo con que nadie acabe echándome en cara el tiempo que no le dediqué. Me moriré feliz si consigo que el recuerdo de mi nombre no se asocie con el de un tipo que le entregó la vida, la única vida, a una causa ajena. Y que fue dejando por el camino un rastro de enemigos que un día no lo eran. Nunca he entendido a quienes sólo son lo que trabajan; eso no es ser. El que quiera, que me recuerde como un tipo al que a veces le hervía la sangre, como uno que hablaba demasiado, como el que saltaba cuando le pisaban el callo, como aquel fulano que eruptaba, al llegar las ocho, la rabia de la injusticia. Pero no quiero verme en el espejo de esos padres que les dedican a sus despachos más tiempo que a sus hijos y que a sus dormitorios. Vivir para trabajar me parece, como poco, inmoral. El que no lo ve, tiene un problema... o lo tendrá. Pero entonces ya será tarde.

04 febrero 2005

Pedantes

Esta es la definición que da la Real Academia de la Lengua para la palabra Pedante: "Del it. pedante. Adj. Dícese de la persona engreída que hace inoportuno y vano alarde de erudición, téngala o no en realidad. Ú. t. c. s." Si encima son soberbios, arrogantes y altivos, el resultado es un desastre. Seguro que conocen a alguno.

03 febrero 2005

Dignidad

No sé si conocen Galicia. Es un sitio verde donde crecen al tiempo los grelos, los eucaliptos y las lechugas; donde los pajaritos cantan por no llorar; donde a las nubes no se les levanta. Donde los caciques infartan de excesos y se dedican calles en alardes de onanismo político desmesurado. La inmortalidad es un don que conceden los demás, incluso en la placa de una avenida; nunca uno mismo. Torrente Ballester dijo de Galicia que era hermoso su paisaje, pero añadía el de las gafas: "Qué carallo de paisanaxe". Qué razón. Lo peor no son los caciques; son quienes los sustentan con sus votos y con sus disculpas. Lo peor de todo es ese conformismo asqueroso que hace verdad el tópico según el cual ni subimos ni bajamos la escalera, nos quedamos en medio, como idiotas, preparados para aplaudir hasta reventar al primero que nos asfalte un bache. Deberíamos darnos cuenta de que lo último que hay que hacer con un político es darle las gracias, da igual del color que sea. Un político vive de lo que usted le paga, no lo olvide. ¿O le dan a usted las gracias cuando sale del trabajo? ¿Por qué le hacen el juego a ignorantes engreídos que se dedican calles a sí mismos en el mayor ejercicio de patetismo y soberbia? ¿Donde está la dignidad? A veces me dan ganas de hacerme vasco.

Aterrizo en la blogosfera

Llevaba tiempo queriendo hacerlo. Y, al final, aquí estoy. Cuando, de pequeño, algo me enfadaba sobremanera y se me hinchaban las pelotas y se me abrían los agujeros de la nariz y las dos cejas confluían en medio de la cara apuntando al sur, mi madre me decía que era "rabudo". Si sales rana, eres rabudo. Si tienes mala leche -siempre recomiendo reventar hacia afuera, nunca hacia adentro- te dicen que eres rabudo. Así que, como rabudo que soy, procuraré dejar por aquí reflexiones y rabudeces, eso sí, sin ánimo de ofender. Tres, dos, uno... blog!